La Terapia Comunitaria en América del Sur

La Terapia Comunitaria es una tecnología de disminución del sufrimiento mental con efectos comprobados en la reducción del estrés, las dependencias, los conflictos familiares, la violencia; y en el fortalecimiento de los vínculos sociales. Fue creada hace 25 años en la comunidad de Pirambú, Ceará, Brasil, por el Prof. Dr. Adalberto de Paula Barreto, y está fundamentada en cinco pilares teóricos: la resiliencia, el pensamiento sistémico, la teoría de la comunicación humana, la pedagogía de Paulo Freire y la Antropología Cultural. Consiste en ruedas en que las personas hablan de sus sufrimientos, lo que les saca el sueño, sus angustias y preocupaciones, y también sus alegrías y victorias. Se realizan con la presencia de un terapeuta y un co-terapeuta, que siguen algunas reglas en una dinámica grupal (hacer silencio, no dar consejos, escuchar a los demás, etc) que obedece a una metodología (recibimiento, problematización, contextualización, etc). En los últimos años, la Terapia Comunitaria ha sido apoyada por el Ministerio de la Salud y por la SENAD-Secretaria Nacional sobre Drogas, por sus efectos en la reducción de daños y en la mejora en la calidad de vida de las personas y comunidades a costo casi cero. La Terapia Comunitaria se realiza en lugares donde las personas se reúnen: asociaciones de moradores, iglesias, clubes, parques, etc. La formación en terapia comunitaria se destina a capacitar a personas que actúan en la comunidad o deseen hacerlo, para mejorar la efectividad de su acción, disminuyendo el desgaste personal. Funciona en red con las entidades de base como puestos y centros de salud, escuelas, etc., fortaleciendo la ciudadanía local. Actualmente se practica, además de en Brasil, en Uruguay, Venezuela, y Chile, donde está programada una formación en Santiago, en marzo de 2011. En Argentina, la primera sensibilización en Terapia Comunitaria será realizada en Mendoza, los días 28 y 29 de febrero de 2011, con el patrocinio de la Municipalidad de Godoy Cruz.